viernes, 19 de agosto de 2011

Capitulo 1 Encargo


Estaba anocheciendo, conducía por la ciudad rumbo a una celebración, ya había pasado una semana desde mi ultimo encargo, la prensa se había hecho eco del suceso, pero sin darle la mayor importancia denominándolo suicidio, sin embargo bajar la guardia era algo que no podía permitirme, no podía saber si la información que la prensa daba a la gente era real o ocultaban información por el bien de la investigación policial, sin embargo aunque así fuera, no había dejado la mas minima prueba de mi identidad.

La agencia me pagó la cuarta parte por no haber recuperado los documentos, pero les había proporcionado nueve direcciones de email y aún no se habían comunicado conmigo, poco me importaba, llevaba una vida normal en Roma y el tiempo se me pasaba volando en mis labores cotidianas.

Cuando llegué, vi a un hombre que me hacía señales, iba uniformado, era un aparca coches, me indicó un hueco donde aparcar y coloqué el coche con cuidado entre un Mercedes y un BMV, había llegado por fin, apagué el contacto del motor y el coche dejó de hacer ruido, tenía que sonreír, fingir esa parte de mi que no existía, era lo mas divertido de todo, mis dos lados, el lado blanco y el lado negro, mis dos personalidades hacían que mi vida no fuera aburrida, luego de cinco años viviendo en Roma había hecho amigos y uno de ellos se casaba hoy, no me pasé por la iglesia, porque siempre odiaba esos edificios, pero la celebración era otra cosa.

Abrí la puerta y al poner un pie fuera el móvil comenzó a vibrar, miré la pantalla iluminada, había recibido un mensaje de la agencia, un mensaje codificado.

-          Esta noche no…, no voy a ponerme a descodificar esto ahora

Metí el móvil bajo el asiento del conductor y salí del coche, iba vestido con un terno oscuro, elegante, camisa negra y corbata roja, unos zapatos que me habían costado un ojo de la cara y el pelo engominado, cerré la puerta del coche y me miré en el retrovisor.

-          Perfecto… - pensé y sonreí, cerré a distancia con el mando.

Caminé hasta la entrada donde un hombre pedía las invitaciones, me paré justo en frente de él y me metí la mano izquierda dentro de la chaqueta, recordé la última vez que había hecho ese gesto para sacar el arma y sonreí.

-          ¿Ocurre algo?
-          No, nada – saqué la invitación – aquí tiene.
-          Disfrute de la celebración señor
-          Gracias, eso haré

Una vez dentro el lugar era inmenso, había muchas mesas redondas, con ocho sillas cada una, las mesas tenían muchos cubiertos y vajillas de aspecto caro, camareros al parecer muy experimentados caminaban deprisa de un lado a otro con bandejas llenas y vacías, había mucha decoración, globos, una mesa alargada al final donde se supone comerían los recién casados con sus padres y además un pequeño escenario donde tocaría una banda musical, por algún motivo sentí tristeza, recordé mi propia boda hace mucho, miré mi mano, y allí estaba mi anillo de compromiso, a pesar de que ella muriera prometí no quitármelo, alejé esos pensamientos de mi mente, y caminé entre las mesas hasta que vi una con mi nombre Marcus Ponso, me senté en ella, no había llegado mucha gente todavía.

Había refrescos en la mesa y me serví un poco de seven up, me encantaba el vino, pero tenía que volver en coche y estaba convencido de lo desagradable que sería ser detenido por la policía portando armas en el coche, poco a poco se fue llenando mi mesa y las mesas de los demás, nos sirvieron los entrantes y empezamos a picar, apenas hablé con nadie en la mesa, a excepción de algún tema trivial como el tiempo o el futbol, sin embargo, la ultima silla fue ocupada por una chica joven que tenía como 26 años, preciosa de ojos oscuros y pelo largo negro, tenía un cuerpazo increible y llevaba un vestido bastante provocador que algunos ya se la estaban comiendo con los ojos, aunque yo tuviera 28 me sentía como un viejo dada su cara de adolescente, parecía estar sola, la noche se había vuelto interesante.

Los recién casados llegaron y todos aplaudieron, mi amigo estaba sonriente y muy feliz, la novia era preciosa, llevaba un vestido blanco muy bonito, se dieron muestras de cariño en repetidas ocasiones, la sala oscureció y un proyector mostró fotos de ambos cuando eran niños hasta que eran adultos, la gente reía con algunas fotos graciosas, miré a la chica de mi mesa y para mi sorpresa, ella me estaba mirando en ese momento, cuando cruzamos miradas me lanzó una sonrisa y me puse nervioso, desvié la mirada y pensé en las demás chicas que tuve que matar cuando se acercaron mucho a mi verdadera identidad, lo máximo a lo que podía aspirar era al rollo de una noche, era arriesgado tener a alguien cerca todos los días.

Los novios se hicieron fotos en cada mesa, cuando estaban por llegar a la mia fui al baño, no podía dejarme fotografiar en publico, cualquier precaución era poca en mi trabajo, cuando volví a la mesa fingí lastima al perderme la foto y me di cuenta que la chica también se la había perdido, la banda comenzó a tocar y las personas se levantaron y comenzaron a bailar, alguien me tocó el hombro desde atrás, me giré, la chica se agachó y me susurró

-          ¿Bailamos?
-          Claro… - respondí de inmediato casi sin pensarlo

Me levanté, y comenzamos a bailar un vals, nos mirábamos fijamente a los ojos, ella sonreía y parecía querer hablar mientras bailábamos, estábamos muy cerca el uno del otro, tenía mi mano en su cintura y la mirada de muchos en mi, podía sentir la envidia de los demás, lo cierto es que era tan increíble que parecía no ser real, mi vista se había clavado en sus ojos y pestañear era perderse un segundo de ella.

-          Me llamo Isabelle, encantada de conocerte

Me sorprendí, me había fijado en el nombre que figuraba en la mesa, era otro nombre.

-          Creía que tu nombre era Roberta…
-          Jajaja – rió, me cogió la nuca y cuando pensaba que repentinamente iba a besarme puso sus labios en mi oreja y me susurró de nuevo.
-          Y yo creía que en ves de Marcus te llamabas Giovanni

Mis ojos se abrieron de par en par, me aparté de ella, y la dejé sola en la pista de baile, empecé a caminar rápido hasta la salida, saqué las llaves del coche y le dí al mando para abrirlo, esa chica sabía mi verdadero nombre, había utilizado el nombre de Marcus durante los cinco años que había estado viviendo en la ciudad, nadie debería saber mi verdadero nombre, solo la agencia, pensé en la posibilidad de que fuera policía, abrí la puerta del coche y me senté dentro, estaba apunto de arrancar cuando recordé el mensaje de la agencia.

Metí la mano bajo el asiento, lo cogí, busqué el mensaje, lo descodifique y comencé a leerlo.

“Agente Juliet Zulú 2.8.9.3 Nuevo encargo.

Se ordena nuevamente la búsqueda del documento 389, objetivos identificados, se le ha asignado un compañero para la misión, el agente Bravo Charlie 7.2.4.6, ha llegado a Roma y se encontrará con usted muy pronto, en cuanto establezcáis contacto, dirigíos al aeropuerto, a la parada de taxis y uno de nuestros agentes les dará la información de los objetivos.”

Pim pim, me asusté, miré la ventanilla del coche y era la chica aquella de nuevo, llevaba la pistola en la guantera y estaba preparado para cogerla.

-          Así que tu eres mi nuevo compañero, no me ha costado nada encontrarte

Me tranquilicé un poco, todo empezaba a tener sentido

-          ¿Por qué simplemente no me lo dijiste desde el principio?, además no necesito un compañero, yo siempre trabajo solo.
-          Eres un grosero, aunque no se si es peor la forma en la que me hablas o haberme dejado tirada en la pista de baile, pero al menos bailabas bien
-          Bailar bien es necesario, nunca se sabe si será útil para acercarse a un objetivo.
-          Así que lo haces por trabajo… lastima…

No sabia a que venia todo eso, cojí un bolígrafo, apunté mi dirección en un trozo de papel y se lo entregué.

-          Me alojo en esa dirección, ven mañana a primera hora, tendremos que hablar del trabajo.
-          Entendido Giovanni
-          Aquí llámame Marcus

Dije acabando la conversación, subí la ventanilla del coche y me manché de la celebración con el estomago revuelto, había comenzado la misión mas difícil de mi vida.

1 comentario:

  1. Me gusta, al principio me pense que la chica era otra persona :O (LA CHICA IDEAL, no me deja escribir con mi cuenta, pero bueno ;))
    Buen capitulo, cielo

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